La organización internacional Puertas Abiertas ha alertado sobre un nuevo incremento de restricciones impuestas a las iglesias cristianas en China, incluso a aquellas registradas por el gobierno bajo el Movimiento Patriótico de las Tres Autonomías. La vigilancia estatal se ha intensificado, particularmente en la zona este del país, históricamente activa en términos de fe cristiana.
Uno de los incidentes que desató esta ofensiva fue una reunión en línea de estudiantes universitarios en la que se debatieron temas políticos. El encuentro fue interceptado por las autoridades de Control de Redes, lo que derivó en interrogatorios y una investigación que vinculó al grupo juvenil con iglesias locales, tanto registradas como domésticas. Como consecuencia, varias iglesias en la región fueron afectadas por nuevas normativas restrictivas.
Según testimonios recogidos por Puertas Abiertas, se ha ordenado prohibir la participación de estudiantes y niños en cualquier actividad religiosa. Además, oficiales vestidos de civil comenzaron a patrullar algunas congregaciones para supervisar el cumplimiento de estas disposiciones. En varias localidades, centros de reunión afiliados al Movimiento Patriótico de las Tres Autonomías fueron clausurados, quedando en funcionamiento únicamente los templos principales.
Las restricciones también alcanzan a las universidades, donde se ha limitado la distribución de material cristiano y el acceso a recursos provenientes del extranjero. Esta situación refuerza el patrón de represión que afecta tanto a cristianos como a otras minorías religiosas en China.
A su vez, un informe de Amnistía Internacional ha señalado a China como el país con mayor número de ejecuciones en el mundo, aunque la opacidad del régimen impide confirmar cifras exactas. Las ejecuciones por delitos relacionados con drogas representaron más del 40% del total global en 2024, práctica que organizaciones internacionales consideran contraria al derecho internacional.
La combinación de represión religiosa, censura informativa y el uso extendido de la pena de muerte posiciona a China como un punto crítico en el mapa de las violaciones a los derechos humanos, generando creciente preocupación entre organismos internacionales y comunidades de fe alrededor del mundo.