El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, viajó a Minneapolis para reunirse con los familiares afectados por el tiroteo ocurrido en la escuela católica Anunciation, donde murieron dos niños y varios resultaron heridos. Acompañado de su esposa, Vance compartió momentos con los padres y pidió a los norteamericanos mantener en oración a las víctimas.
Durante una rueda de prensa, el funcionario destacó la fortaleza de las familias y mencionó de manera especial a Lydia Kaiser, una niña hospitalizada que continúa en estado delicado. Una campaña solidaria en línea ya ha recaudado más de 350 mil dólares para cubrir sus gastos médicos.
El vicepresidente lamentó que gran parte de la atención pública se centre en el agresor y no en los niños asesinados, como Harper Moyski, de 10 años, a quien describió como una niña alegre y llena de vida. Vance exhortó a los padres a abrazar a sus hijos y recordó que “hay familias en Minneapolis que no podrán hacerlo nunca más”.
En medio del debate público, Vance defendió la oración como un recurso de fe y consuelo. “Oramos porque sabemos que Dios escucha”, afirmó, en respuesta a críticas que minimizaban su llamado a la espiritualidad tras la tragedia.
El ataque se produce en un contexto de creciente violencia contra comunidades de fe. Un informe reciente del Consejo de Investigación Familiar registró más de 1.300 incidentes de hostilidad contra iglesias en Estados Unidos entre 2018 y 2024.