Leandro de Souza fue conocido como el hombre más tatuado de Brasil, con el 95% de su piel cubierta de dibujos que lo distinguieron públicamente y le valieron un récord en 2023. Sin embargo, a los 36 años, tomó una decisión radical: borrar todos sus tatuajes y dejar atrás lo que alguna vez fue su sello personal.
El cambio se originó a partir de su conversión al cristianismo. De Souza asegura haber tenido un encuentro profundo con Jesús que lo llevó a repensar su vida y a abandonar no solo su imagen extrema, sino también su trabajo como tatuador. “No me sentía bien conmigo mismo, ya no estaba en paz con ellos. Era un mundo de excesos del pasado que ya no me hacía ningún bien”, expresó en una entrevista con O Globo.
El proceso de eliminación de tatuajes, según contó, es doloroso y requiere varias sesiones con diferentes tipos de láser. “Si quitarse uno del dedo duele, imagina hacerlo en todo el rostro. Es horrible, pero parte del precio por las cosas que hice en el pasado”, explicó.
Hoy, mientras continúa con el tratamiento estético, Leandro busca reconstruir su vida: recuperar la tutela de su madre, encontrar un empleo estable y sostener a su hijo. En sus redes sociales comparte los avances de su transformación, que para él no es solo física, sino también espiritual. “Jesús limpió mi alma, y ahora yo estoy limpiando mi piel”, concluyó.